No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy
Este dicho nos recuerda los riesgos de exponernos al retraso o al acto de procrastinación. Esto no es otra cosa más que el acto de posponer cualquier episodio o situación de la que debamos hacernos cargo para cambiar una situación
Se trata de asuntos que deben atenderse con el fin de resolver cosas, problemas, desafíos. Sin embargo, a pesar de lo importante que sea, la mente en algún punto se resiste y prefiere posponerlo con la promesa de que al día siguiente si será resuelto. Sólo que, el día de mañana, se encontrará una nueva excusa que retrase nuevamente los planes.
«No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy» es también una señal de los momentos en que no podemos salir de la zona de confort. Los problemas y desafíos que tenemos todos los días, se resuelven frecuentemente realizando esas cosas en las que no estamos cómodos. Debemos encontrar como efectuarlas de todas maneras.
La comodidad o zona de confort
Esta expresión, se refiere a esas situaciones en la que nos encontramos a gusto y protegidos. A pesar de que, la parálisis o inmovilidad no nos permita avanzar hacia eso que tanto deseamos, la zona de confort nos mantiene cómodos y relajados, por lo que se crea una resistencia en hacer eso que no nos gusta.
Un ejemplo obvio, se refiere al mantener la salud mediante el peso adecuado. Es posible que ya sepamos o tengamos en cuenta que para estar en forma, hay que hacer ejercicios o alguna actividad física durante al menos cuarenta minutos del día.
Pero es normal que, como el cuerpo se resiste se encuentren excusas con facilidad. Pensamos en que hay que atender la casa, hay que conseguir un equipo de gimnasia o que si eres padre de familia, no tienes tiempo para esas cosas. En consecuencia, terminarás quedándote en casa, comiendo comida chatarra, engordando y poniendo en riesgo tu salud.
También es posible que debas ir al dentista para que revise ese diente que te molesta. Pero, la idea de ir y que decida utilizar algún instrumento, te da pavor. Entonces, lo retrasas para esperar en el futuro una profunda infección que provocará que lo pierdas.
Finalmente, podrías tener que atender una situación legal. Pero si te molesta que un abogado te mande hacer trámites burocráticos, y también retrasas esto, será lógico que compliques este problema también.
El retraso, la posposición constante de lo que debes hacer, es el mal que perjudica la evolución de tu vida. Por lo tanto, sal de la zona de confort y soporta las molestias para conseguir y lograr eso que ese.
Como movilizar nuestros objetivos
Ahora que has comprendido el daño que puede provocar la indecisión, debes tener esto presente, para poder tener una actitud distinta. Por más que te moleste, esfuérzate por hacer lo que debes hacer el día de hoy.
Una manera sencilla, es describir una lista con tres tareas que te molesten y establece contigo mismo el objetivo de no dejar que acabe el día sin que las hayas realizado. Comienza con tres cosas simples, como ir a pagar esos impuestos, ir a la reunión de padres en la escuela de tus hijos o reparar la podadora de césped, antes de que el patio de tu casa se convierta en una selva.
Si no puedes completar alguna de estas tareas, porque realmente no se dieron las condiciones, entonces puedes pasarla para el otro día. Como premio, por haber cumplido o haberte puesto en acción para cambiar de actitud, bríndate algo agradable. Por ejemplo, ver televisión con tranquilidad al final del día, o tomar un helado.
Los desafíos diarios, no siempre se resuelven satisfactoriamente. Pero nuestro deber es poner de nuestra parte todo lo que sea posible para solucionarlos.